Es preciso dar a conocer nuestras necesidades, no solo las del enfermo, sino también las que su cuidado genera en las personas que le atienden.
Asociarnos puede ser el primer paso. A partir de ahí se trata de definir y expresar, con el apoyo de profesionales, de responsables de la Administración Pública y de muchas personas solidarias, las condiciones y recursos sociales de alivio mínimos que permitan una calidad de vida digna en situaciones de salud adversa.
Colaborar con la Asociación Democrática Asturiana de Familias de Alzheimer es apoyar un compromiso serio con la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos. Así entendemos la solidaridad: ser sensibles ante los problemas particulares que mañana pueden ser de todos.